Domótica en las ciudades: la urbótica ya está aquí

Hasta ahora hemos hablado de la aplicación de la domótica en edificios, de su uso en hogares y negocios y de las ventajas y comodidades que conlleva. Pero la domótica se ha extendido, primero a edificios enteros, principalmente empresas, lo que se ha dado a conocer como inmótica, y posteriormente a las ciudades. Y es que la domótica ya ha traspasado el ámbito de lo privado y de negocios para empezar a controlar ciudades enteras. La urbótica ya está aquí.

Para la domótica, pues, ha llegado el momento de controlar las telecomunicaciones, actividades y sistemas de las ciudades, todo ello, por supuesto, de forma remota. Si antes hablábamos de viviendas o casas inteligentes, ahora toca hablar de ciudades inteligentes o, lo que es lo mismo, smart cities. Unos de los aspectos urbanos en los que se ha empezado a contar con la domótica es del tráfico, haciendo posible monitorear los posibles incidentes que puedan acaecerse sin que nadie deba estar vigilando las cámaras en todo momento.

Como pasa con los detectores para la vivienda, con la domótica podemos controlar aspectos como la temperatura y la humedad. Es por ello que no es de extrañar si nos encontramos con espacios verdes, parques y jardines gobernados por una serie de detectores que activan el sistema de riego una vez han detectado que la hierba, las plantas o el césped están demasiado secos. Así pues, como pasa con nuestras casas, se consigue ahorrar energía y por tanto dinero, ya que sólo se regará cuando realmente sea necesario.  

Siguiendo este esquema, al tirar algo en la papelera de la calle, puede que estemos avisando al equipo de recogida de basura, pues contamos ya con contenedores que, gracias a unos sensores, saben cuándo se encuentran llenos y necesitan que alguien venga a vaciarlos. De esta manera funcionan también los sistemas de alquiler de bicicletas públicas que hace unos años empezaron a implantarse en nuestras ciudades, como el Bicing en Barcelona, el Servici en Sevilla o el Valenbisi en Valencia, pues cada estación informa de las bicicletas de las que dispone en cada momento.

La mitad  de la población mundial vive a día de hoy en ciudades y se prevé que a mediados de siglo este porcentaje sea ya del 70%. Al contrario de lo que pudiera parecer, sin embargo, las áreas urbanas no crecerán en exceso, razón por la cual lo que aumentará será la densidad de población de éstas. La urbótica permitirá en este sentido estar pendientes de cualquier aglomeración de personas que pueda poner en riesgo la seguridad pública y poder actuar así en consecuencia con antelación suficiente.

Debido a esta gran concentración de personas viviendo en un mismo espacio, uno de los grandes retos de la urbótica en un futuro cercano será la gestión eficiente del agua y de otros recursos naturales como el gas, con la ayuda del cloud computing o la informática en la nube, sistema por el cual se guarda la información en servidores repartidos por todo el mundo, donde quedarán almacenados todos los datos referentes a estas gestiones.

La Smart City Expo, la exposición que se celebra anualmente durante el mes de noviembre en Barcelona, es sólo una de las pruebas que corroboran el interés creciente por la urbótica y las ciudades inteligentes. No es para menos, pues una gran parte de la población mundial está llamada a depender de ellas.